Paolo, a menudo dices de manera provocativa que los freelancers que tienen un solo cliente no son realmente freelancers, sino más bien chupasangres. ¿Qué quieres decir con eso?
Cuando digo que los freelancers con un solo cliente no son verdaderos freelancers, y uso ese término provocador "chupasangres", es porque no están abrazando el verdadero espíritu del freelanceo: se están aferrando a la seguridad de un trabajo tradicional mientras fingen ser independientes. Freelancear se trata de libertad, autonomía y diversificación. Se trata de tener control sobre tu trabajo, tu tiempo y tu destino. Cuando un freelancer depende de un solo cliente, no es realmente libre: está en una relación de dependencia que se parece mucho a un trabajo regular, pero sin los beneficios.
Aquí está la cruda realidad: si solo trabajas para un cliente, estás a su merced. No eres verdaderamente independiente. Estás atrapado en una situación de pseudoempleo en la que sigues dependiendo de alguien más para ganarte la vida, pero sin las protecciones que vienen con ser un empleado tradicional, como el seguro de salud, los días pagados o la seguridad laboral. Y ese es el problema principal. Estás asumiendo los riesgos del freelanceo, como la falta de seguridad, pero sin cosechar las recompensas de la diversificación y la libertad. Simplemente estás extrayendo lo que necesitas de ese cliente, de ahí el término "chupasangres". Te alimentas de una única fuente, pero no aportas el valor más amplio que se supone que deben ofrecer los freelancers: variedad, adaptabilidad y experiencia con varios clientes.
El freelanceo debería ser sinónimo de flexibilidad. Se trata de construir una cartera de clientes, no de poner todos tus huevos en una sola canasta. Cuando tienes múltiples clientes, reduces tu riesgo. No dependes de los caprichos de una sola empresa o persona. Si un cliente se va, no entras en crisis porque tienes otros. Esa es la verdadera libertad. Pero cuando los freelancers se apoyan en un solo cliente, están replicando la dinámica empleado-empleador sin los beneficios ni las oportunidades de crecimiento que conlleva ser un empleado.
Y aquí viene otra parte del asunto: no estás creciendo si solo tienes un cliente. Te estás encerrando en una única forma de trabajar, en una sola industria, en una sola perspectiva. Los freelancers deberían estar expandiendo sus horizontes, asumiendo diferentes tipos de proyectos, trabajando con equipos diversos, aprendiendo de diferentes sectores. Ahí es donde está el verdadero valor del freelanceo: no en quedarse cómodo con un cliente que paga las facturas, sino en superar tus límites, ampliar tus habilidades y adaptarte constantemente a nuevos desafíos.
También tienes que pensar desde la perspectiva del cliente. Si eres un freelancer que depende de un solo cliente para todos tus ingresos, probablemente no estás aportando las ideas externas, la innovación y los conocimientos de diversas industrias que debería aportar un verdadero freelancer. No los estás desafiando con perspectivas frescas, porque te has acostumbrado demasiado a su forma de hacer las cosas. No estás entregando el valor único que proviene de tener múltiples clientes y experiencias, y ahí es donde empiezas a perder tu ventaja.
Ahora, seamos realistas sobre por qué sucede esto: es por comodidad y miedo. Los freelancers con un solo cliente se aferran a la seguridad de saber de dónde viene su próximo pago. Pero ese es el mismo miedo que mantiene a la gente atrapada en trabajos tradicionales que odian. Es el miedo a lo desconocido, el miedo al esfuerzo necesario para construir una base de clientes diversificada, el miedo al rechazo. Pero ese miedo es exactamente lo que necesitas superar si realmente quieres abrazar la vida freelance. De lo contrario, simplemente te estás manteniendo en la zona de confort bajo la etiqueta de "freelancer".
Los verdaderos freelancers no dependen de un solo cliente: son maestros de su oficio, evolucionando constantemente, asumiendo diferentes proyectos, equilibrando múltiples clientes y creando valor en todos los ámbitos. Ahí es donde radica el poder del freelanceo: en la diversidad. Diversidad de clientes, de industrias, de proyectos. No se trata de aferrarse a una red de seguridad, sino de construir múltiples redes de seguridad a través del valor que creas y las relaciones que forjas.
Así que cuando digo que un freelancer con un solo cliente no es un verdadero freelancer, los estoy desafiando a dar un paso adelante. No te escondas detrás de la etiqueta de "freelancer" mientras sigues actuando como un empleado. No le chupes la vida a un solo cliente mientras finges ser independiente. ¿Quieres ser un verdadero freelancer? Diversifica tu trabajo. Asume riesgos. Expándete. De eso se trata realmente el freelanceo: de crear tu propio camino, no de depender de una empresa para sobrevivir.