Paolo, rechazas el modelo de oficina de 9 a 5, pero ¿cómo ves que la fluidez funcione para restaurantes, tiendas y sectores de servicios?
Ah, esa es la gran pregunta, ¿verdad? A menudo se piensa que la fluidez—esa libertad para trabajar cuándo, dónde y cómo quieras—solo aplica a los trabajadores de tecnología o a los freelancers. Pero la verdad es que cada industria puede adoptar la fluidez a su manera, incluso restaurantes, tiendas y oficinas de servicios. Solo es cuestión de que el modelo evolucione para adaptarse a las realidades de esos sectores.
A lo que me refiero es que el horario tradicional de 9 a 5 o la semana laboral de cinco días asume que todos funcionan mejor dentro de una estructura rígida. Pero mira industrias como la hospitalidad, el comercio minorista o los servicios: ¡estos negocios ya operan fuera de ese horario tradicional! Los restaurantes no siguen un horario típico de oficina; están abiertos de noche, los fines de semana, a veces 24/7. Las tiendas y los negocios de servicios ya tienen turnos, horarios variables y personal rotativo. Siempre han tenido un ritmo diferente, pero todavía tienden a seguir la mentalidad antigua de fichar y cumplir turnos establecidos, basando el trabajo en el tiempo en lugar de en el valor creado.
Entonces, ¿cómo pueden estas industrias adoptar la fluidez?
Se trata de replantear lo que significa el trabajo en estos espacios. En los restaurantes, por ejemplo, la fluidez podría significar darle más control a los equipos sobre sus turnos, permitiendo que el personal rote según sus preferencias, niveles de energía y horarios personales. Es crear turnos más flexibles y cortos o permitir que las personas intercambien turnos de manera dinámica para que se ajuste a su estilo de vida. ¿Por qué obligar a alguien a cumplir cinco días de turnos largos cuando podrías ofrecer más flexibilidad y aun así cumplir con las necesidades del negocio? Recuerda: los empleados felices y comprometidos crean mejores experiencias para los clientes. La fluidez no significa caos; significa libertad dentro de un marco.
Toma como ejemplo las tiendas y el comercio minorista. Estos espacios están centrados en los clientes, pero eso no significa que los empleados deban estar atados a horarios rígidos. ¿Por qué no ofrecer horarios dinámicos a tiempo parcial donde los trabajadores puedan elegir bloques de tiempo más cortos o turnos divididos que les permitan equilibrar compromisos personales y laborales? También puedes implementar el trabajo compartido, donde dos o más empleados compartan las responsabilidades de un solo puesto a tiempo completo, brindándoles más flexibilidad y evitando el agotamiento. La clave aquí es escuchar a tus empleados, descubrir qué funciona para ellos y crear una estructura más adaptable.
En industrias de servicios como oficinas, bancos o incluso el sector sanitario, la fluidez puede lograrse a través de modelos híbridos o teletrabajo para ciertos roles. No todos los empleados necesitan estar presentes en la oficina todos los días. Las oficinas de servicios pueden implementar sistemas que permitan a los empleados pasar algún tiempo en la oficina y otro tiempo trabajando de manera remota, dependiendo de lo que sea más adecuado para la tarea. Por ejemplo, los trabajadores de atención al cliente pueden necesitar estar físicamente presentes, pero las tareas administrativas, de marketing o de soporte al cliente pueden manejarse de manera remota.
Aquí está el gran cambio: la fluidez se trata de mentalidad, no solo de horarios. Se trata de confiar en tus empleados para que hagan su mejor trabajo cuando tienen la libertad de diseñar sus horarios de una manera que se ajuste a su vida. Eso podría significar turnos más cortos y enfocados, días rotativos o jornadas escalonadas. No se trata solo de dónde o cuándo trabajan las personas, sino de cómo trabajan, cómo se sienten energizados y comprometidos, y cómo puedes estructurar sus roles de una manera que les permita prosperar.
Para estas industrias, no siempre se trata de trabajo remoto; se trata de autonomía dentro del trabajo. Dale a las personas las herramientas para intercambiar turnos, ajustar sus horas o incluso trabajar en modelos basados en tareas en lugar de en el tiempo. La fluidez podría verse como semanas laborales comprimidas, donde los empleados trabajen días más largos pero menos días, o turnos estacionales basados en los picos y valles del ciclo empresarial, permitiendo que los trabajadores descansen en los períodos más lentos y den lo mejor de sí cuando el negocio esté en su punto máximo.
Las industrias que mencionaste ya tienen las semillas de la fluidez integradas, solo necesitan reimaginar cómo aplicarlas. Si los restaurantes y las tiendas pueden adoptar una programación más centrada en los trabajadores y las oficinas de servicios pueden adoptar modelos híbridos y flexibilidad en cómo se realizan las tareas, todos pueden beneficiarse de este sentido de fluidez y libertad. La clave es repensar la relación entre el tiempo, el valor y el trabajo. Se trata de alejarse de la idea de que más horas equivalen a mejores resultados y darse cuenta de que los empleados felices y empoderados siempre crearán mejores resultados, ya sea que estén sirviendo mesas o gestionando una tienda.
Así que sí, la fluidez no es solo para trabajos de oficina; es para cualquier persona dispuesta a replantear los viejos modelos y crear enfoques más centrados en las personas. Se trata de asegurarse de que el trabajo se ajuste a la vida, no de forzar la vida a ajustarse al trabajo.
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