En 2017, conocí al dueño de un pequeño restaurante en Róterdam. Cocina mediterránea, cincuenta plazas, lleno casi todas las noches.
Se llamaba Karim. La comida era honesta, las reseñas brillantes, el personal leal.
Pero ese invierno, las luces se quedaron apagadas. No por reformas. No por venta. Simplemente… apagadas.
Cuando hablamos, estaba sentado solo en una mesa de rincón, con el abrigo puesto, una pila de facturas al lado de un espresso intacto. “No estoy cansado de cocinar”, me dijo. “Estoy cansado de ser el contable, el reclutador, el informático y el de la limpieza. Cada día.”
No le faltaba motivación. Le faltaba gobernanza.
EL PORQUÉ
Si tienes una empresa de entre 3 y 20 personas en los Países Bajos, esto no es una metáfora. Es una advertencia.
Cuando tú, el fundador, te conviertes en el sistema nervioso central de tu empresa, cargando en la cabeza con RRHH, impuestos, proveedores, tecnología, cumplimiento, facturación y visión… no solo te arriesgas a un burnout.
Te arriesgas a un colapso de gobernanza.
Sin políticas. Sin respaldos. Sin trazabilidad. Sin una lógica de decisiones que pueda sobrevivir a tu ausencia.
Y cuando la gobernanza se rompe, se rompe la confianza. El equipo se desorienta. Los errores se multiplican. Aparecen sanciones. El talento se va. Y tú, el centro irreemplazable, empiezas a resquebrajarte.
LOS NÚMEROS
Traduzcamos eso a lo que más duele: pérdida.
- €4.200: coste medio anual en sanciones por incumplimiento para pymes neerlandesas sin una estructura GRC documentada (fuente: CBS + Belastingdienst 2023).
- 2 de cada 3: microempresas neerlandesas que sufren fallos de proyecto o disrupciones financieras tras una enfermedad del fundador de más de 10 días (KVK, 2022).
- €1.000/mes: pérdida oculta en trabajo administrativo duplicado cuando las reglas internas son confusas o no compartidas (datos de clientes de Wigepa).
El burnout no se anuncia. Pero tu calendario ya sabe que viene.
LO QUE NADIE TE DICE
La gobernanza no es “para las grandes empresas”.
Esa mentira envenena a los pequeños negocios.
En realidad, la gobernanza es el hábito diario de la cordura. No se trata de burocracia. Se trata de claridad.
Hace preguntas como:
- ¿Quién aprueba este gasto?
- ¿Cuándo estamos obligados a reportar esto?
- ¿Qué verificamos antes de confiar en este proveedor?
- Si yo desaparezco, ¿quién sabe cómo damos de alta a un nuevo cliente?
Y, sin embargo, la cultura empresarial neerlandesa romantiza hacerlo todo uno mismo. Especialmente en los círculos angloparlantes, donde a menudo se les dice a los inmigrantes:
“Primero construye. Luego corrige.”
Y ese “luego” nunca llega.
Hasta que Karim se aleja de su horno.
BRÚJULA DE DECISIÓN
Pregúntate hoy:
- Si mañana me enfermo, ¿qué es lo primero que se derrumba?
- ¿Qué tareas estoy haciendo que podría hacer un asistente de €35/hora con una checklist?
- ¿Existen reglas en mi empresa que solo están en mi cabeza?
- ¿Cuándo fue la última vez que auditamos nuestro proceso de decisiones, y no solo el balance?
- ¿Mi equipo confía en el sistema o simplemente confía en mí?
Si estas preguntas te incomodan, bien. Ahí empieza el cambio.
REFLEXIÓN FINAL
El burnout no es una debilidad.
A menudo es el desenlace natural de una lealtad desestructurada: a tus clientes, a tu equipo, a tu sueño.
Pero la lealtad sin gobernanza es martirio.
La estructura no es enemiga de la pasión.
Es lo que permite que la pasión sobreviva.
El tiempo suficiente para convertirse en legado.
Co-Creator of Xtroverso | Head of Global GRC @ Zentriq
Paolo Maria Pavan es la mente estructural detrás de Xtroverso, combinando la perspicacia en cumplimiento con la previsión empresarial. Observa los mercados no como un comerciante, sino como un lector de patrones, rastreando comportamientos, riesgos y distorsiones para guiar la transformación ética. Su trabajo desafía las convenciones y recontextualiza la gobernanza como una fuerza para la claridad, la confianza y la evolución.