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Tu empresa está condenada si crees que el riesgo climático es solo cosa de las grandes corporaciones.

La CSRD no es tu mayor problema; las escaseces de agua, los impuestos al carbono y los almacenes inundados sí lo son. Bienvenido al baño de realidad que llevas tiempo evitando.
10 de julio de 2025 por
Tu empresa está condenada si crees que el riesgo climático es solo cosa de las grandes corporaciones.
Paolo Maria Pavan
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Si eres CEO de una micro o pequeña empresa en los Países Bajos, probablemente piensas que el riesgo climático es algo que afecta a las petroleras y los aeropuertos. Ese es un error fatal. Porque aunque el Mar del Norte suba lentamente, tus primas de seguro, retrasos en la cadena de suministro y costos de servicios no están esperando a la marea alta.

Rompamos el velo del greenwashing. Cuantificar el riesgo climático no es postureo para tranquilizar a tus stakeholders; es saber exactamente por dónde se va a evaporar tu dinero.

El cambio climático ya no es una hipótesis futura, es un riesgo financiero presente

Morgan Stanley, JPMorganChase y el Instituto de Finanzas Internacionales lo dicen sin rodeos: los objetivos del Acuerdo de París se están escapando. Traducción:

Más inundaciones. Más sequías. Más volatilidad.

Y mientras las grandes empresas montan equipos ESG enteros, las micro y pequeñas empresas se quedan literalmente a la intemperie, porque les dicen que “es demasiado complejo” o “aún no es urgente”.

Estamos aquí para desmantelar esa mentira.

La nueva CSRD (Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa) exige cuantificación, no cuentos verdes. Los últimos paquetes Omnibus son claros: datos por encima del relleno, cifras por encima del relato.

Pensamiento por Escenarios: Deja de Jugar al Juego de las Probabilidades

Los mapas de riesgo tradicionales evalúan los riesgos con la fórmula Probabilidad x Impacto. Muy bonito. Pero cuando hablamos de clima, la probabilidad no sirve. Esa es precisamente la esencia del caos climático: es no lineal, impredecible y está lleno de puntos de no retorno.

En su lugar, usamos análisis de escenarios. Piensa en esto:

  •  ¿Qué pasa si el precio del carbono se duplica en los Países Bajos?
  •  ¿Y si tu centro logístico se inunda dos veces en el mismo ejercicio fiscal?
  •  ¿Y si el agua se convierte en tu próximo gran coste de materia prima?

Creamos futuros plausibles, no probables. Así es como se navega la incertidumbre como un estratega real, no como un rehén del Excel.

La Trinidad Sagrada de la Cuantificación del Riesgo Climático

Bienvenido al modelo que separa el reporte por afición del análisis para la alta dirección:

Peligro (Hazard)

Es el golpe climático. Inundación, ola de calor, sequía. Se modela cómo está cambiando, con qué frecuencia ocurre y dónde impacta.

Exposición (Exposure)

Es lo que recibe el golpe. Activos, recursos, operaciones. Cada vulnerabilidad en tu cadena de valor se convierte en un posible centro de costes.

Vulnerabilidad (Vulnerability)

Es qué tan fuerte te afecta. ¿Qué tan preparado estás? ¿Qué tan adaptativo es tu negocio? ¿Qué amortiguadores tienes... o no tienes?

Al combinarse, este triángulo produce rangos de impacto financiero, escenarios que puedes valorar, mitigar y planificar. El objetivo no es la perfección. Es la preparación.

Caso Práctico: Escasez de Agua en el Sector Alimentario y de Bebidas

Vamos a un ejemplo concreto, de un sector cercano a muchas pymes neerlandesas: alimentación y bebidas.

El agua no es solo un recurso, es una dependencia operativa. Ya sea para lavar, procesar o enfriar, la ausencia de agua limpia y accesible paraliza todo.

¿Entonces qué hacemos?

  • Mapear el estrés hídrico actual en todos los puntos de producción y proveedores (las herramientas del WRI son útiles aquí).
  • Proyectar escenarios futuros: ¿Cómo cambia el estrés con trayectorias de calentamiento de 1,5°, 2° o 3°?
  • Estimar consecuencias financieras: aumento de costes, interrupción de operaciones, riesgo proveedor.

¿El resultado? Un mapa estratégico claro de dónde reforzar, reubicar o rediseñar tus operaciones, antes de que la realidad climática te obligue a hacerlo.

Gobernanza, no Adivinación

Cuantificar el riesgo climático no implica comprar dashboards carísimos ni contratar a cinco consultores ESG. Implica:  

  •  Saber qué activos están más expuestos.
  •  Entender cómo los riesgos de transición (como nuevos impuestos al CO₂ o nuevas regulaciones) alteran tu estructura de costes.
  • Identificar las verdaderas vulnerabilidades financieras que podrían golpear tus cuentas.

Y sí, todo esto te acerca al cumplimiento con la CSRD. Pero, sobre todo, te acerca a la supervivencia.

Resumen para el Consejo de Administración

  •  El riesgo climático es riesgo financiero.
  •  Pensar por escenarios supera a jugar a las probabilidades.
  •  La CSRD exige cifras, no cuentos de hadas verdes.
  •  Peligro + Exposición + Vulnerabilidad = Riesgo financiero real.
  •  No necesitas ser grande para estar preparado. Necesitas ser inteligente.

Si No Estás Cuantificando, Estás Apostando

Ya seas importador de alimentos, cervecera local o empresa de transporte en Zuid-Holland, el cambio climático ya está en tu flujo de caja.

Empieza ahora.

No porque Bruselas lo diga.

Sino porque tu cadena de suministro, tu personal y tus inversores te harán la misma pregunta:

“¿Lo viste venir?”

Que tu respuesta sea: “Sí. Y nos preparamos para ello.”

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