El Número No Es el Mensaje
Seguro que ya viste el titular:
“La deuda pública neerlandesa alcanza el 43,2% del PIB en el primer trimestre de 2025, muy por debajo del límite europeo del 60%.”
¿Entonces el sistema está sano?
Vayamos con calma. En gobernanza, como en la vida, un número fuera de contexto no es una señal, es un camuflaje.
La deuda pública suele tratarse como un termostato: mientras la aguja no pase del 60%, nadie entra en pánico. Pero eso no es liderazgo, es contabilidad.
Lo que importa no es solo cuánto debemos. Es por qué lo debemos, a quién, y con qué resultado en mente. La deuda no es mala en sí misma, salvo cuando compra silencio en lugar de estrategia.
Lo Que Dicen (y No Dicen) los Números
Aquí va la versión técnica:
Indicador | Valor (T1 2025) |
---|---|
Deuda pública | €490.800 millones |
Relación deuda/PIB | 43.2% |
Saldo presupuestario | -1.3% of GDP |
Ingresos del gobierno | €121.6 billion |
Gastos del gobierno | €124.3 billion |
Así que sí:
- La relación deuda/PIB está muy por debajo del tope del EMU.
- El gobierno mantiene un déficit moderado.
- En comparación con 2022 y 2023, la trayectoria es estable, no explosiva.
Pero aquí viene el punto crítico: una deuda estable no es lo mismo que una dirección sostenible.
La Deuda Como Señal, No Solo Métrica
La deuda pública no debe interpretarse como el peso corporal ("si está por debajo del 60%, está bien"). Es más parecida a la postura: puedes cargar mucho peso si tu columna, la gobernanza, está alineada. Si no lo está, incluso una carga pequeña puede causar dolor estructural.
Y los emprendedores lo entienden bien:
- Los impuestos suben, incluso con niveles de deuda moderados.
- La lógica de los subsidios es opaca, y muchas veces premia la inercia en lugar de la innovación.
- ¿Inversión pública en infraestructura y digitalización? Aún demasiado esporádica.
- ¿El mercado laboral? Vacío en el centro: talento desaprovechado y estructuras temporales sobre-subsidiadas.
Si la deuda se está utilizando para tapar ineficiencias operativas en lugar de impulsar una transformación, entonces no estamos pidiendo dinero prestado, estamos pidiendo tiempo prestado.
Qué Deberían Observar los Emprendedores
Olvídate del titular. Pregunta esto:
-
¿Qué reformas estructurales se están posponiendo?
Un déficit del -1,3% puede ser estratégico… o cobarde. -
¿Qué estamos obteniendo por cada euro que pedimos prestado?
¿Estamos comprando resiliencia o simplemente manteniendo las luces encendidas? -
¿Qué tan expuestos estamos a la volatilidad global?
Un 43,2% hoy podría convertirse en un 60% de la noche a la mañana si hay una tormenta geopolítica. -
¿El sector privado es tratado como socio o como cajero automático?
Las cargas colectivas crecientes (impuestos, primas, recargos) revelan mucho más que cualquier índice macroeconómico.
El Rol del Estado: ¿Guardián o Goliat?
No hay nada de malo en la deuda pública si construye puentes, sean físicos o institucionales.
Pero cuando se convierte en anestesia para evitar reformas estructurales, el problema es más profundo.
Y aquí es donde los emprendedores deben convertirse en estrategas ciudadanos:
No hace falta ser economista, pero sí hay que recuperar la verdad narrativa secuestrada por la anestesia estadística.
La deuda no es solo una partida contable. Es la forma escrita de aquello que decidimos no enfrentar.
Medir Lo Que Importa
Un país bien gobernado no es el que tiene la deuda más baja.
Es aquel cuya deuda pública refleja un propósito público.
Cuyos déficits construyen capacidad futura, no inercia pasada.
Cuyos emprendedores se sienten respetados, no exprimidos.
43,2% es solo un número.
Pero lo que hacemos con él, y cómo lo enmarcamos, definirá si se convierte en una nota al pie en la estabilidad, o en un punto de inflexión hacia la rendición de cuentas.
Co-Creator of Xtroverso | Head of Global GRC @ Zentriq
Paolo Maria Pavan es la mente estructural detrás de Xtroverso, combinando la perspicacia en cumplimiento con la previsión empresarial. Observa los mercados no como un comerciante, sino como un lector de patrones, rastreando comportamientos, riesgos y distorsiones para guiar la transformación ética. Su trabajo desafía las convenciones y recontextualiza la gobernanza como una fuerza para la claridad, la confianza y la evolución.