Paolo, a menudo mencionas que darse cuenta de la diferencia entre “lo que se supone que debe ser” y “lo que debe ser” es un momento poderoso, como despertar y sentir que estás realmente vivo. ¿Podrías profundizar en lo que quieres decir con esto?
Co-Founder of Xtroverso | Visionary Entrepreneur
Paolo Maria Pavan es la fuerza impulsora detrás de Xtroverso, combinando conocimiento en cumplimiento y estrategia para empoderar a los emprendedores. Con una visión audaz para el futuro del trabajo, sus ideas desafían las normas e inspiran la innovación.
Cuando hablo de esa realización de que "lo que se supone que debe ser no es un deber", me refiero a un cambio sísmico que transforma completamente cómo ves tu vida. Es como si te entregaran un pase detrás del escenario para ver los engranajes ocultos de la sociedad y descubrir que todo ha sido una obra cuidadosamente orquestada, un guion diseñado para mantenernos en línea, obedientes a expectativas que ni siquiera elegimos.
Este momento no es solo un "aha" intelectual; es visceral, como si de repente todo tu ser recibiera el mensaje de que la libertad no se encuentra dentro de la red de seguridad de la previsibilidad. En cambio, se trata de bailar al borde del abismo, confiando en tu capacidad para crear algo extraordinario a partir del caos. Es como darte cuenta de que has vivido bajo el agua toda tu vida, solo para romper la superficie y tomar tu primer aliento real. Es un despertar que sacude cada fibra de tu existencia.
El mundo en el que vivimos refuerza constantemente líneas invisibles—normas culturales, expectativas sociales, presiones familiares—que susurran al oído: “Mantente seguro. Mantente pequeño”. Y durante mucho tiempo, internalizamos esas voces. Elegimos trabajos que lucen bien en papel, relaciones que cumplen con los estándares de la sociedad e incluso pasatiempos que se consideran respetables. Pero cuando rompes ese ruido, cuando dejas de ser gobernado por el mito de lo que debería ser, descubres un universo inexplorado de posibilidades. No es que la vida se vuelva más fácil; es que se convierte en genuinamente tuya, indómita y llena de significado.
Esta realización viene con una paradoja extraña. Es emocionante y aterradora al mismo tiempo. Porque si eliges vivir según tu propia brújula, también estás aceptando la incertidumbre, los momentos en los que nada tiene sentido, donde no hay mapa a seguir. Pero déjame decirte, ahí es donde está la verdadera aventura. Te conviertes en el arquitecto de tu propia experiencia, experimentando constantemente, a veces fallando, pero siempre sintiéndote vivo de maneras que seguir el guion de otros nunca podría ofrecerte.
Y aquí está el punto: esto no se trata de rechazar todas las normas sociales por simple rebeldía. Se trata de tener la claridad para discernir lo que realmente resuena con tu alma y lo que te ha sido impuesto sin tu consentimiento. Es entender que la libertad auténtica, esa que sientes hasta los huesos, es desordenada y no lineal, llena de momentos que te desafían, que te llevan al límite, pero que también conducen al tipo de crecimiento y creatividad que solo los verdaderamente liberados pueden experimentar.
Así que avanzamos con valentía. Aceptamos que abrazar lo inesperado no significa ser imprudentes, sino más bien involucrarnos deliberada y valientemente con lo desconocido. Y al caminar este camino, nos damos cuenta de que la realización no se encuentra al encajar en cajas prediseñadas, sino en romper esas cajas y usar los pedazos para construir algo que solo nosotros podríamos haber imaginado.
La Llamada de Despertar: Rompiendo el Mito de “Lo que se Supone que Debe Ser”