Paolo, a menudo dices con pasión que los empleadores deben dejar de frustrarse con los empleados que no parecen comprender la importancia de ciertas cosas de la misma manera que lo hace el empleador. ¿Podrías explicar a qué te refieres?
Co-Founder of Xtroverso | Visionary Entrepreneur
Paolo Maria Pavan es la fuerza impulsora detrás de Xtroverso, combinando conocimiento en cumplimiento y estrategia para empoderar a los emprendedores. Con una visión audaz para el futuro del trabajo, sus ideas desafían las normas e inspiran la innovación.
¡Es un tema que realmente me apasiona! Mira, los empleadores suelen frustrarse, incluso enfadarse, cuando los empleados no parecen captar la gravedad o la importancia de algo que, para el empleador, es absolutamente crucial. Puede tratarse de cumplir un plazo, alcanzar metas de ventas o ejecutar una iniciativa estratégica. Para el empleador, existe una enorme inversión emocional, y cuando los empleados no igualan ese nivel de pasión o urgencia, se crea una tensión.
Lo que trato de decir es que los empleadores deben entender una verdad fundamental: la forma en que algo se siente importante para ti, como persona que construyó el negocio o que está profundamente involucrada en sus resultados, no resonará de la misma manera en alguien que no tiene ese mismo compromiso emocional. Y no puedes simplemente esperar que lo haga. El trabajo de un empleado es hacer bien su trabajo, pero no va a preocuparse automáticamente por el negocio con la misma intensidad o urgencia que el propietario o la alta dirección, a menos que exista una razón más allá de un sueldo que los motive.
Piénsalo: como empleador, tu empresa es tu obra de vida, tu legado, tu sueño. Es natural que sientas cada contratiempo y cada oportunidad de manera visceral. Pero los empleados tienen sus propios sueños, metas y prioridades. Vienen a trabajar para hacer su trabajo, ganarse la vida, tal vez desarrollar sus habilidades, pero no necesariamente van a tener ese ardiente sentido de misión a menos que les des una razón para tenerlo.
Aquí es donde los empleadores necesitan cambiar su enfoque. En lugar de enfadarse o sentirse resentidos, deberían preguntarse: “¿Cómo puedo hacer que esto también sea importante para ellos? ¿Cómo puedo comunicar el propósito, la misión, el ‘por qué’ detrás de lo que estamos haciendo de una manera que conecte con ellos personalmente?” Si quieres que las personas estén tan comprometidas como tú, debes tomarte el tiempo para alinear su trabajo con un sentido mayor de significado o propósito. Y, a veces, se trata de encontrar maneras de hacer que los objetivos del negocio se crucen con las aspiraciones personales o profesionales del empleado.
Se trata de contar historias y crear conexiones. Si estás lanzando un nuevo producto y necesitas que todos den el 110%, no puedes simplemente decir: “Esto es importante, háganlo”. Necesitas explicar por qué importa, no solo para las cifras del negocio, sino por el impacto que podría tener en la vida de las personas. Necesitas hacer que los empleados sientan que son parte de algo más grande, que su trabajo tiene efectos reales y tangibles. Tal vez se trate de explicar cómo sus esfuerzos están marcando una diferencia para los clientes o cómo este proyecto podría abrirles oportunidades de crecimiento personal.
También se trata de reconocer que las personas se motivan por cosas diferentes. Algunos empleados podrían inspirarse por la misión de la empresa; otros podrían estar impulsados por oportunidades de avance o crecimiento personal. Si un empleado no parece preocuparse tanto por algo como tú, es tu trabajo como líder descubrir qué es lo que realmente los motiva y cómo puedes conectar eso con el trabajo que tienen entre manos.
Y seamos sinceros: a veces las cosas que son profundamente importantes para los empleadores simplemente no tienen el mismo nivel de relevancia para el empleado promedio. Eso está bien. No es un defecto de tus empleados; es una realidad de la naturaleza humana. Tu papel como líder es cerrar esa brecha, no esperando que todos compartan tu visión por pura fuerza de voluntad, sino cultivando una cultura donde las personas puedan encontrar significado en su trabajo, donde se sientan valoradas, respetadas y genuinamente involucradas en la misión.
Así que, en lugar de enfadarte, usa esa energía para comprometerte, conectar e inspirar. Las personas son capaces de cosas increíbles cuando sienten que su trabajo tiene sentido, pero ese significado debe construirse y comunicarse. Es un viaje compartido, no un interruptor automático que todos deben activar de inmediato. Ahí es donde entra el verdadero liderazgo: no exigiendo lealtad o pasión, sino ganándola al hacer que las personas sientan que su trabajo importa, tanto para la empresa como para ellos mismos.
Liderazgo 101: Cómo Hacer que Tu Misión Importante para Tu Equipo