Paolo, a menudo enfatizas que la independencia es algo que todos deberían buscar, no solo los emprendedores. ¿Podrías explicar a qué te refieres con eso?

Por supuesto. La independencia no es solo para emprendedores o autónomos. La independencia es una mentalidad, una forma de ser, y le pertenece a todos, sin importar su rol, título laboral o trayectoria profesional. Cuando hablo de independencia, me refiero a tomar las riendas de tu propia vida, a una actitud que dice: “Yo estoy al mando aquí, sin importar lo que diga mi descripción de trabajo.”

La independencia significa apropiarte de tu mentalidad, tu trabajo y tu crecimiento, sin importar el entorno. Es reconocer que tienes el poder de dar forma a tu vida, incluso dentro de limitaciones. Puedes elegir aportar innovación y valentía a cualquier empleo. Puedes abordar tu rol con creatividad, hacer preguntas importantes y dar un propósito a cada tarea. Y cuando vives con ese tipo de independencia, comienzas a crear un impacto que va mucho más allá de los límites de tu puesto. No solo estás siguiendo órdenes: estás agregando valor, estás liderando desde dentro.

La independencia es para quienes saben que no los define un título laboral ni un sueldo. Es para cualquiera que esté dispuesto a asumir la responsabilidad de su crecimiento, sus ideas, su propósito. Porque aquí está la clave: la verdadera independencia no se trata de trabajar solo. Se trata de ser completo, donde sea que estés. Se trata de presentarte con integridad, con curiosidad, con el entusiasmo de contribuir con algo que solo tú puedes ofrecer.

Al final, la independencia se trata del valor de ser tú mismo, en cualquier contexto. Es un compromiso con la autenticidad, con el aprendizaje constante, con liberarte de las cadenas mentales que te dicen que juegues en pequeño o que encajes. La independencia es una elección, una que no depende de tu posición ni de tu título. Es para los valientes, los soñadores, los que están listos para vivir la vida en sus propios términos, incluso dentro de un sistema más grande. Porque la verdadera independencia es la fuerza para llevar tu visión contigo, donde sea que la vida te lleve.