El día que mi cafetera se convirtió en mi jefe
Eran las 06:43. La cafetera me miraba con su lucecita arrogante: descalcificar ahora. Dudé. No porque no supiera cómo hacerlo, tres botones, diez minutos, listo, sino porque simplemente no podía decidir si hacerlo antes o después del correo, antes o después de revisar los números, antes o después de preparar una auditoría de cumplimiento para un cliente que aún piensa que el ESG es un invento fiscal.
La miré. Me devolvió la mirada. Me fui.
Esa mañana, como muchas mañanas, no era el responsable de GRC en ZENTRIQ™. No era el estratega, ni el hombre que diseña marcos de referencia para CEOs.
Era un humano cansado evitando una decisión más.
Y ahí, precisamente, está el problema.
Por qué esto no es solo personal, es estructural
Tendemos a tratar la “fatiga decisional” como un tema de estilo de vida: duerme más, medita, delega. El pasillo de autoayuda está lleno de estos trucos.
Pero desde donde yo estoy, en juntas directivas, en trincheras regulatorias y en el subsuelo psicosocial de la disfunción corporativa, la fatiga decisional no es un fallo de bienestar.
Es un fallo de gobernanza.
Si un sistema está verdaderamente bien gobernado, no le pide a las personas tomar 400 microdecisiones al día. Absorbe esa complejidad. La amortigua. Protege a los líderes del agotamiento convirtiendo el juicio en estructura.
La gobernanza, la verdadera gobernanza, existe para proteger la cognición, no solo la conformidad.
De CEO a auxiliar en 200 decisiones diarias
Investigaciones de Cornell estiman que un adulto toma unas 35.000 decisiones al día. Solo unas 200 son sobre comida. Ahora imagina a un CEO de una empresa pequeña, sin jefe de gabinete, sin capas de gerencia media. No está tomando decisiones estratégicas todo el día. Está aprobando facturas, decidiendo si el logo del proveedor va a la izquierda o a la derecha, respondiendo mensajes de WhatsApp a medianoche de su contable preguntando por el IVA.
Eso no es liderazgo.
Es erosión cognitiva disfrazada de emprendimiento.
Y en las micro y pequeñas empresas, que representan el 75% de todos los negocios en la UE, esta erosión es epidémica. No es una estadística de salud mental. Es una de riesgo de gobernanza.
La fatiga decisional debilita los controles y la ética
Esto es lo que he visto en 25 años:
- La fatiga decisional aumenta la probabilidad de atajos informales: aprobaciones verbales, saltarse dobles revisiones, cambios con el cliente sin dejar constancia.
- Provoca dilución del cumplimiento: el “ya actualizaremos la política” se convierte en norma estructural.
- Abre la puerta a la gobernanza en la sombra: donde la confianza reemplaza la trazabilidad, y el “siempre lo hemos hecho así” reemplaza el debido proceso.
Todo esto es invisible. Hasta que llega la auditoría. O peor: el escándalo.
Lo que la gobernanza debería hacer en realidad
Un sistema de gobernanza que merezca su nombre no solo crea políticas. Crea alivio decisional.
Así es como:
- Reducir decisiones de bajo valor: Automatizar el cruce de facturas, la diligencia de proveedores, los recordatorios de documentos. Un CEO no debería aprobar manualmente los tickets de almuerzo.
- Codificar roles y escalado: En cuanto surge la duda de “¿Quién decide esto?”, empieza la fricción. Y la fricción erosiona la disciplina.
- Inyectar amortiguadores, no cuellos de botella: Un buen sistema frena las malas decisiones sin demorar las buenas.
- Proteger el ancho de banda cognitivo: Cada decisión de gobernanza debe responder: “¿Esto permitirá al líder pensar mejor, más tiempo y más profundamente?”
Esto no es burocracia. Es diseño cognitivo.
Historia personal #2: El día que ignoré una alerta roja
Hace años, confié en un proveedor con un encanto impecable y documentación algo menos impecable. Tuve una corazonada, pero estaba cansado, con cuatro informes atrasados, y pensé: “Apruébalo. Ya lo arreglaremos si sale mal”.
Salió mal.
Muy mal.
Hoy, esa alerta roja es un caso de formación dentro de nuestro sistema de cumplimiento en ZENTRIQ™. Pero tuvo que haber un fallo para darme cuenta: incluso mi juicio no es inmune cuando el sistema no está a la altura.
Lo que puedes hacer hoy (aunque no estés listo para un marco completo)
- Haz una lista de 10 decisiones que tomas cada semana y que alguien más podría asumir. Cede 3 este mes.
- Audita tu día: ¿tus decisiones más importantes las tomas antes o después del almuerzo? (Pista: apunta a antes).
- Crea configuraciones por defecto. Decide una vez, no cada día. (Mi cafetera ahora se descalcifica automáticamente cada 30 días. Ella gana).
- Di no al cansancio del “sí”. Cuantos más “sí” dices a microdecisiones, menos claridad tendrás para las estratégicas.
La gobernanza de uno mismo también es gobernanza
Gobernar una empresa es gobernar una mente.
Para construir confianza en otros, primero debes proteger la claridad en ti mismo.
La fatiga decisional no es un fallo tuyo. Es una señal de tu sistema. Escúchala. Reestructura. Recupera.
Y recuerda: esa cafetera parpadeante puede ser más honesta que la mayoría de los dashboards. Te dice que hay algo obstruyendo el sistema.
Límpialo. Antes de que todo se inunde.
Co-Creator of Xtroverso | Head of Global GRC @ Zentriq
Paolo Maria Pavan es la mente estructural detrás de Xtroverso, combinando la perspicacia en cumplimiento con la previsión empresarial. Observa los mercados no como un comerciante, sino como un lector de patrones, rastreando comportamientos, riesgos y distorsiones para guiar la transformación ética. Su trabajo desafía las convenciones y recontextualiza la gobernanza como una fuerza para la claridad, la confianza y la evolución.